Dependiendo del tiempo que se disponga para recorrer la ciudad, uno de los “must do” de Nueva York es visitar la Estatua de Libertad. El paseo empieza por llegar Battery Park, donde está el amarre del ferri. Bowling Green (línea 5) es la parada de metro más cercana. Otra opción es South Ferry (línea 1). Los horarios y trayectos de las líneas de metro son distintos durante el fin de semana, por ejemplo, la línea R no llega al Financial District y se desvía a Brookling por el Manhattan Bridge. Al salir del metro solo hay que seguir a la multitud hacia el sur y fijarse en las señales que te llevan hasta la taquilla o directamente al control de seguridad. Recomiendo adquirir las entradas con anticipación para evitar colas. La entrada incluye el trayecto en ferri entre Manhattan, Liberty Island (primera parada) y Ellis Island (segunda parada). Después de enseñar las entradas, se entra en una carpa donde está el control de rayos X como si fuera un aeropuerto. Una vez superado, se accede al ferri. Si el tiempo acompaña, el paseo es más agradable desde el piso superior que está descubierto. El trayecto es corto aunque lo suficiente para marear a algunos. Atrás queda una impresionante vista de los rascacielos del Financial District que parece que salieran del agua. A mano derecha aparece la Estatua de la libertad.
La Estatua cuyo nombre completo es “La Libertad Iluminando el Mundo”, es un monumento de cobre de 93 metros de altura y 204.1 toneladas. Es símbolo de la libertad y bienvenida a los inmigrantes que llegaban en barco. Está cubierta por una túnica larga. Con la mano derecha sostiene una antorcha señalando el cielo y con la izquierda una tabla donde está escrito "4 de julio de 1776", fecha en que se proclamó la Declaración de Independencia. Los rayos de la corona representan los continentes.
Fue un regalo de Francia en 1876 para el centenario de la declaración de la Independencia de Estados Unidos, como símbolo de la amistad entre ambos países surgida durante la American Revolution. Se le encargó el diseño de la escultura a Auguste Bartholdi, para que estuviera terminada en 1976. Francia se encargaría del diseño y construcción y Estados Unidos de completar el pedestal. El diseño estructural propuesto por Bartholdi resultó antiguo y poco estable, por lo Gustave Eiffel fue finalmente el responsable de la ingeniería que permitió que la Estatua se mantuviera en pie. Ambos países hicieron esfuerzos para recoger fondos económicos y en 1886 (10 años después del centenario) por fin la estatua se posicionó sobre su pedestal. En 1984 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Al bajar del ferri en la Liberty Island y cruzar el muelle de madera, a mano izquierda hay un puesto de información en el que entregan el audio-guía y donde uno se puede apuntar a un tour guiado por la isla (ambos incluidos en el ticket). En el centro hay una explanada con mesas, un restaurante y una tienda de recuerdos. A mano derecha aparece un camino que le da la vuelta a la estatua. Por el paseo, se pueden hacer fotos de todos los ángulos y también a Manhattan. Nosotras compramos las entradas para subir al pedestal (25.00$) previamente por internet (www.statueoflibertytickets.com). Hay que hacer la reserva con varias semanas de antelación y si la intención es subir hasta la corona (28.00$), hay que hacerlo unos 3 meses antes. En la isla hay varios puestos para comer algo, tiendas de recuerdos y un par de cafeterías donde se puede usar el baño y beber agua.
Para subir al pedestal y a la corona, se debe pasar un segundo control de seguridad. No permiten subir con mochilas, comida ni bebida (sólo permiten pasar agua). Hay taquillas disponibles para dejar las cosas (2.00$). Al pedestal, se puede subir en ascensor, o por una escalera de 192 escalones. Desde este se obtiene una vista panorámica de Manhattan, Brooklyn, New Jersey, Staten Island y Ellis Island. Dirigiendo la mirada hacia arriba, se le ven la falda y la corona a la estatua. Después de sacar fotos desde los 4 lados del balcón del pedestal, y haber bajado a los pies de la Estatua se encuentra el museo donde explican cómo fue construida, transportada y hay maquetas de la antorcha, cara y sandalia del tamaño y del color real.
La Estatua de la Libertad permaneció cerrada durante 100 después del atentado del 11 de Septiembre de 2001.
Tras completar la visita a la Liberty Island, tomamos nuevamente el ferri, cuya siguiente parada es Ellis Island en donde está el Museo de la Inmigración. En este lugar, se puede aprender sobre la Isla cuando era utilizada como punto de inmigraciones. Cuentan historias de porqué familias enteras inmigraban a América en busca de una nueva vida y que fue de ellos posteriormente.
Se puede recorrer el resto de la isla, pero nosotras tomamos el ferri de vuelta a Manhattan.
Las vistas más panorámicas de la Estatua se obtienen desde el ferri, y también desde el ferri que va a Staten Island.
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