- Betanzos, la Ciudad de los Caballeros
- Mondoñedo, uno de los pueblos más bonitos de España
El antiguo Reino de Galicia estaba compuesto por siete provincias: Tuy, Orense, Santiago, A Coruña, Lugo, Betanzos y Mondoñedo. Nuestro siguiente destino era conocer las capitales homónimas de estas dos últimas provincias. Dos lugares que parecen que se han detenido en el tiempo conservando su historia por encima de la evolución natural.
Betanzos, la Ciudad de los Caballeros
El día comenzó con lluvia fuerte, había alerta amarilla por toda el norte de Galicia, pero aún así no nos detuvimos y partimos temprano de A Coruña para ir a Betanzos que se encuentra apenas a 25 minutos en coche. Conocida también como Betanzos de los Caballeros por el alto número de familias nobles que habitaban en la Edad Media, cuenta hoy en día con cerca de 13.000 habitantes y su casco antiguo, rodeado por los ríos Mandeo y Mendo que terminan confluyendo para dar origen a la ría de Betanzos, está declarado Conjunto Histórico-Artístico.
Tras dar varias vueltas, dejamos el coche en el parking público de pago que se encuentra en la Plaza Hermanos García Naveira. Con paraguas en mano y una lluvia algo más relajada, salimos a descubrir esta bonita ciudad. La plaza en la que nos encontrábamos, que debe su nombre al reconocimiento de la labor filantrópica de estos dos hermanos brigantinos, está considerado el centro neurálgico de Betanzos. De hecho, la casa donde vivía uno de los hermanos García Naveira se encuentra en un lateral de la plaza y en el centro de ésta se alza una estatua en recuerdo a ellos. También se halla la fuente de Diana Cazadora, una réplica en bronce de mediados el siglo XIX de la Diana de Versalles expuesta en el museo del Louvre. Por otro lado también está la Iglesia de Santo Domingo, sede del Museo de las Mariñas y la Biblioteca Municipal. En condiciones normales, por estas fechas, la plaza debería de estar muy ambientada debido a la proximidad de las fiestas de San Roque, patrón de la ciudad, que se celebra cada 16 de agosto elevando al cielo el globo de papel más grande del mundo.
Nos introdujimos dentro del casco histórico y llegamos a la pintoresca Plaza de la Constitución. En ella se encuentra varios edificios de gran relevancia como el pazo de Bendaña con bonitos soportales de estilo ojival o el edificio modernista de la Casa Nuñez que albergó el primer banco y los primeros grandes almacenes de Betanzos. En la actualidad acoge la Fundación Centro Internacional de la Estampa Contemporánea. La Iglesia de Santiago, del siglo XV y de estilo gótico, preside la plaza con la emblemática torre del reloj del siglo XVI adosada al templo. Al fondo, la Casa Consistorial, un edificio de estilo neoclásico del siglo XVIII.
Seguimos callejeando hasta llegar a la Plaza de Fernán Pérez de Andrade “O Boo”. Casas con coloridos balcones de madera, dos preciosos templos de estilo gótico del siglo XIV declaradas Bien de Interés Cultural y un cruceiro esculpido en piedra hacen de esta plaza la más bonita de todo Betanzos. La Iglesia de Santa María del Azogue y la Iglesia de San Francisco se encuentran encaradas. La primera, conocida por su famoso calendario medieval tallado en el capitel de una columna, estaba cerrada, por lo que fuimos a visitar la segunda. Para entrar a la Iglesia de San Francisco tuvimos que pagar 2€ por persona. En su interior hay una gran cantidad de sepulcros medievales de familias nobles, entre ellos se encuentra el de su fundador Fernán Pérez de Andrade cuyo sarcófago está considerado como el precedente de la escultura funeraria medieval.
Antiguamente, Betanzos se encontraba amurallada y, actualmente, siguen quedando en pie tres puertas medievales siendo la villa de Galicia que más puertas medievales conserva. Pasamos por la Porta da Ponte Vella. Su nombre se debe al puente que cruza el río Mandeo justo a esa altura, un puente que tiene su origen en el siglo XIII y que ha sido reconstruido varias veces debido a las crecidas del río. Tras dar un paseo por el río, procedimos a buscar un lugar para comer.
Si hay un plato famoso en Betanzos, ese es la tortilla de patatas. Siempre han existido las típicas disputas de tortilla con cebolla y sin cebolla y luego hay que extrapolarlo a la guerra de la tortilla cuajada o poco hecha. En Betanzos no hay discusión: sus tortillas son sin cebollas y muy muy muy melosas, tanto que al partirlas tienden a derramarse. Se han ganado la fama en todo el país y uno de sus grandes eventos es la Fiesta de la Tortilla que viene celebrándose desde 2007 entre todos los locales de hostelería de la ciudad para elegir la mejor tortilla de patatas de Betanzos.
Fuimos a la Travesía Progreso, una estrecha callejuela en la que se encuentran los restaurantes más emblemáticos para degustar semejante manjar. Entramos en la Taberna Escondida que lucía con orgullo el cartel que le certificaba como el ganador del premio popular a la mejor tortilla de Betanzos de 2017 y la segunda de 2019. Nos trataron de manera muy familiar y pedimos una tortilla de tamaño mediano que nos indicaron que podría tener unos 9 huevos más o menos y una ración de croquetas de mejillones y chipirones. Cuando sacaron la tortilla parecía un flan: si la tocabas con el cubierto empezaba a temblar. Tengo que reconocer que yo siempre he sido fiel defensor de la tortilla cuajada y que siempre me ha dado cosa las tortillas poco hechas, pero la tortilla de Betanzos es distinta a todo lo que había probado hasta ahora y estaba espectacular. Salimos a 30,20€ sumándole 4 cañas.
Antes de abandonar Betanzos, fuimos a ver el Parque del Pasatiempo, el primer parque temático de occidente que fue ideado por Juan García Naveira. Un parque enciclopédico que tenía una extensión de 9 hectáreas en el que el filántropo intentó plasmar sus viajes a lo largo del planeta. Tuvo tal nivel de importancia, que salía en las guías de viajes de su época. El parque se dividía en dos partes: los jardines que ocupaban 8 hectáreas y el Pasatiempo. Actualmente solo se conserva la parte del Pasatiempo que nos lo encontramos cerrado indefinidamente por rehabilitación. Donde estaban los jardines, ahora existen unos nuevos jardines muchos más pequeños que cuentan con parque infantil, estanque de agua, auditorio e incluso un laberinto ajardinado. Una lástima irnos sin poder ver la parte del Pasatiempo.
Mondoñedo, uno de los pueblos más bonitos de España
Apenas 1 hora separa Betanzos de Mondoñedo, nuestro siguiente destino ya en la provincia de Lugo. Este pequeño pueblo de menos de 4000 habitantes fue antaño tan importante que tiene el título de ciudad concedido por el Rey Alfonso VII de León en 1156. Tiene tal historia y patrimonio enmarcados en un paraje precioso en la profundidad de un valle que era imposible que no estuviera inscrito en la lista de los Pueblos Más Bonitos de España. Además, está declarado Conjunto Histórico-Artístico.
Dejamos el coche al lado del Cementerio Viejo, reconvertido hoy en día en parque, y aprovechamos para verlo. Este bonito camposanto es el lugar de descanso de varios personajes ilustres, entre ellos se encuentra el escritor Alvaro Cunqueiro o el músico Pascual Veiga, creador del himno de Galicia. Tiene la peculiaridad de estar dividido en 3 alturas separando así las clases sociales. La parte alta presenta majestuosos panteones mientras y en la baja se encuentran los más pobres. La lluvia se había detenido momentáneamente y el crujir de los pasos entre tumbas bajo un manto de nubes grises amenazantes otorgaba el toque romántico perfecto para semejante lugar.
Caminamos hasta llegar a la Praza do Concello donde se encuentra la actual Casa Consistorial; el edificio era un antiguo palacio del siglo XVIII. Un poco antes está la Iglesia de Santiago, un templo neogótico de finales del siglo XIX. Siguiendo por la Rua Progreso llegamos al centro neurálgico de Mondoñedo: la Plaza de la Catedral. A un lado de la plaza, como si quisiera pasar desapercibido, se encuentra la estatua de Alvaro Cunqueiro sentado sobre un banco contemplando una bellísima Catedral que es el orgullo y símbolo del pueblo. Declarada Monumento Nacional y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO como parte del Camino de Santiago, recibe el sobrenombre de "La Arrodillada" por su escasa altura y perfectas proporciones. Dos imponentes torres barrocas simétricas destacan sobre su fachada: la de la derecha es la torre del reloj y en la de la izquierda se encuentran las 9 campanas del templo. Por desgracia, llegamos justo cuando terminaba el horario de visitas, pero la suerte nos sonreiría más tarde. La plaza, además, se encuentra rodeada de bonitas casas blancas porticadas de tejas de pizarra con balcones y galerías de cristal.
Seguimos hacia el Convento de la Inmaculada Concepción que data del siglo XVIII y cuya construcción fue aprobada por el papa Clemente XI. Por desgracia, de nuevo, ya estaban cerradas sus puertas, aunque la Iglesia estaba abierta ya que se encontraban ensayando cánticos religiosos. La lluvia volvía a hacer acto de presencia mientras nos dirigíamos a la Alameda de los Remedios, un parque con bonitas vistas en el que se celebran los eventos y ferias más importantes de la villa. A su alrededor hay dos edificios de estilo barroco de notoria importancia. El primero es el Hospital de San Pablo que se edificó en el siglo XVIII por petición del Obispo Sarmiento de Sotomayor, es por eso que en su fachada aparece el escudo de dicho obispo y el de Mondoñedo. El segundo, el Santuario de la Virgen de los Remedios, patrona de Mondoñedo. En su interior hay un retablo barroco con la imagen de la patrona.
Si en Betanzos es famosa la tortilla de patatas, en Mondoñedo hay otro plato conocido en todo el país, aunque en este caso es mucho más dulce: la Tarta de Mondoñedo. Una receta de origen medieval que Carlos Folgueira García, más conocido como el Rey de las Tartas e hijo predilecto de la ciudad, se encargó de popularizar en el siglo pasado. Sus esfuerzos le sirvieron para llevarse las medallas de Mérito Turístico, Medalla de Galicia y ser nombrado Monsieur Maître de Rôtisseur de la Confrérie de la Chaîne des Rôtisseurs de París y Caballero de la Asociación Maestra de Gastronomía. Así que una de las cosas que teníamos que hacer sí o sí era probar tan peculiar tarta. Entramos en la Pastelería Val de Brea. Los ingredientes de este dulce son bizcocho, almíbar, hojaldre, almendras molidas, cabello de ángel y frutas (higos y cerezas). No soy un apasionado del cabello de ángel, pero no estaba mal. Al salir de la pastelería la lluvia había parado y ahora ya de forma definitiva.
Volvimos a la Plaza de la Catedral y vimos que la puerta del templo se hallaba abierta. Estaban oficiando una misa así que aprovechamos para ver el interior. Dentro había unos andamios que tapaban parcialmente el retablo de estilo rococó del altar mayor. Dos bonitos órganos se encontraban a cada lado uno enfrente del otro, pero lo más llamativo eran las pinturas que estaban justo debajo de éstos. Se cree que estas pinturas de estilo gótico pueden ser de finales del siglo XV y en una de ellas se representa la matanza de los Inocentes. Sobre las bóvedas de la nave central también hay una serie de pinturas bastante llamativas del Juicio a Salomón. Otro elemento que destaca es el rosetón de la fachada principal.
Seguimos con nuestro recorrido para conocer Mondoñedo. Muy cerquita de la Catedral, frente al Palacio Episcopal, se encuentra la pintoresca Fonte Vella, una fuente que fue construida a petición del obispo Diego de Soto en 1548 tal y como indica la inscripción frontal. Alvaro Cunqueiro dijo sobre ella: "Si viniera a las San Lucas un perfumista de París yo le llevaría a la Fuente Vieja, para que aspirase lentamente el aroma a heno de hierba recién cortada, y partiendo de él inventase un perfume de otoño..."
Abandonamos el casco antiguo para dirigirnos a Os Muíños (Los Molinos), un bonito barrio bañado por el río Valiñadares que se bifurca en canales artificiales que movían antiguamente los molinos que generaban la energía necesaria para los talleres artesanales que abastecían a la ciudad y los alrededores. Hoy en día sigue la tradición artesana en el barrio, pero con avances más tecnológicos, los molinos dejaron de funcionar hace tiempo. Un poquito antes de llegar a Os Muíños, se encuentra la Ermita de San Roque, fundada en el siglo XV.
En este barrio está el puente romano del Pasatiempo. Su curioso nombre se debe a una leyenda de cuando el mariscal Pedro Pardo de Cela estaba sentenciado a morir. Su mujer había logrado el perdón real y llevaba con ella el indulto, pero fue entretenida en el puente por los soldados y curas que estaban al servicio del Obispo de Mondoñedo, enemigo del mariscal. Pardo de Cela y su hijo fueron decapitados en la Plaza de la Catedral sin que llegara la carta a tiempo.
Y con esto nos volvíamos ya para el coche. Por el camino pasamos por el Real Seminario Conciliar Santa Catalina que se fundó en el siglo XVI siendo el tercer seminario que se estableció en España. El edificio actual, que es el más grande de todo Mondoñedo, es del siglo XVIII y tiene en su interior 2 claustros y una biblioteca con más de 20.000 ejemplares. Tuvimos que conformarnos con ver su exterior.
Con esto finalizaba nuestra visita a estas dos ciudades, porque a pesar de pequeñas ambas tienen el título de ciudad, que en su día fueron tan importantes y que en la actualidad tienen uno de los mejores patrimonios de toda Galicia. Poníamos rumbo a Ribadeo, donde pasaríamos la noche.
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