Pisé Budapest el 27 de agosto de 2009. Era un viaje organizado de varios días en el que te incluía Praga y Budapest, destinando 2 días completos a la capital húngara. Llegamos el 27 de agosto por la noche y regresamos el 30 a primera hora de la mañana.
Antes de nada hay que saber que la ciudad de Budapest se encuentra dividida por el río Danubio en dos partes que antiguamente eran dos ciudades, estas son Buda y Pest.
Llegamos atardeciendo y poco pudimos hacer. Visitamos el Mercado Central de Budapest, construido en 1897 y que fue gravemente dañado en la Segunda Guerra Mundial. En 1994 se emprendió tareas de restauración y actualmente tiene un estado fabuloso.
Desde el mercado comienza la Calle Váci Utca, una calle peatonal muy turística que termina en la Plaza Vörösmarty, es paralela al Danubio, llena de centros comerciales y tiendas. Si viajáis a Budapest y sois solo chicos, hay que tener cuidado por aquí de noche, si se os acercan señoritas seguramente no estaréis ligando…
Nos sorprendió que a las 21h estuviera casi todo cerrado ya, lo tuvimos difícil para encontrar un lugar para cenar. Finalmente lo hicimos en un italiano situado en la misma calle Váci Utca.
A primera hora del día siguiente comenzaba una pequeña excursión guiada para enseñarnos la ciudad. Comenzamos con la parte de Pest. Nuestra primera parada fue al Museo de la Agricultura, se encuentra localizado en el Castillo de Vajdahumyad, en el Parque Varosliqet conocido como el Parque de la Ciudad (una de las mayores áreas verdes de la Budapest). El edificio es una réplica del castillo húngaro de Transilvania y se construyó para celebrar los 1000 años de la nación. No llegamos a entrar dentro. Toda esta zona es muy recomendable de visitar pues allí se encuentra también el zoológico, el circo, el Balneario Szechenyi, la Capilla de Ják, la Sala Petofi, el Museo del Transporte, el Museo de Bellas Artes, el Palacio del Arte y la Plaza de los Heroes (que fue nuestra siguiente parada).
La Plaza de los Héroes es la plaza más importante. Allí se alza el Memorial del Milenio con las estatuas de los líderes de las siete tribus magiares, que son los fundadores de Hungría, sobre un pedestal en el que se alza una columna con el ángel Gabriel. A los lados las estatuas de los reyes y personas influyentes de la historia del país.
Continuamos por la zona de Buda y nos detuvimos en el Bastión de los Pescadores. Este precioso lugar es un balcón neogótico amurallado con vistas espectaculares a Pest (magníficas al Parlamento), tiene 7 torreones que simbolizan las 7 tribus magiares y está construido sobre piedra blanca. Su nombre se debe a que está levantado sobre lo que antes era el barrio de los pescadores. Al lado del Bastión se encuentra la Iglesia de Matias, el templo católico más importante. Entre la Iglesia y el Bastión está la estatua en bronce de Estaban I, primer rey húngaro, y la Columna de la Peste que conmemora la epidemia de dicha enfermedad. Un poco más alejado, en dirección al Puente de las Cadenas, se localiza el Castillo de Buda, el cual no visitamos por falta de tiempo.
Con todo esto finalizaba nuestra visita guiada a la ciudad, ahora teníamos toda la tarde libre y el día siguiente para continuar a nuestro antojo.
Por la tarde, de nuevo en Pest, fuimos a visitar el Parlamento. El año que fui era gratuito visitarlo con guía incluido en tu idioma, hoy en día se ha de pagar una entrada y se puede reservar a través de http://www.jegymester.hu. Es el edificio más representativo de Budapest y el tercer parlamento más grande del mundo por detrás del de Rumanía y Argentina. Terminada su construcción en el año 1902, su interior está todo decorado en mármol y oro, cuenta con 691 habitaciones y tiene una longitud de 268 metros. Contiene joyas de coronaciones. El ala norte alberga las oficinas del Primer Ministro y el ala sur las del Presidente de la República. Impresiona y mucho, visita obligada.
Continuamos nuestro recorrido hacia la Opera Nacional de Hungría, uno de los más importantes de Europa y con mejor acústica del mundo, no llegamos a visitar su interior, solo lo vimos por fuera.
Volvimos de nuevo a Buda por el Puente Elizabeth, nos dirigíamos al Monte Gellert, de 235 metros de altura. Hay un sendero que te lleva hasta arriba. Por el camino se encuentra el monumento de San Gellert (San Gerardo), un obispo que intentó evangelizar a los magiares y éstos acabaron arrojándolo por el monte. Al llegar a la cima nos encontramos con la estatua de la Libertad, que no tiene nada que ver con la de New York, construida en bronce y que conmemora la conquista soviética de Hungría durante la Segunda Guerra Mundial. La escultura tiene un total de 40 metros de altura (contando el pedestal).
De nuevo se nos hacía de noche y ya estaba todo cerrado, lo único abierto a la hora de cenar española son los McDonald’s. De noche la ciudad se ve muy triste, los jóvenes salen a la calle con botellas de alcohol y varias personas intentan buscarse la vida tocando instrumentos musicales. Hay algunos pubs chulos con música jazz que visitamos.
Nuestro último día comenzamos recorriendo el río Danubio por la parte de Pest. Pasamos por el Puente de las Cadenas, primer paso permanente que unió Buda con Pest, que se encuentra custodiado por dos leones en cada entrada. Según cuenta la leyenda, su creador János Marschalkó olvidó esculpir las lenguas de los leones y ante la crítica del pueblo terminó suicidándose ahogándose en el Danubio.
Continuamos por la orilla del río hasta llegar al Puente Margarita que da acceso a la Isla Margarita. Esta isla tiene 2.5 kilómetros de longitud y antiguamente era conocida como la Isla de los Conejos. Algunos atractivos son la fuente musical que se encuentra a la entrada, la torre del agua, el jardín japonés o los Baños Palatinos (un parque de atracciones de toboganes acuáticos). Nos llevó prácticamente toda la mañana recorrerla al completo, es muy aconsejable y agradable su paseo.
Después de comer visitamos la Casa del Terror, un museo de tres plantas dedicado a la lucha contra el sistema comunista y nazi. Su exposición nos explica varios sucesos de la Segunda Guerra Mundial y del periodo soviético. En sus sótanos nos muestran lo que eran las antiguas celdas donde eran torturados los presos (muy escalofriante lo que se puede ver).
Para finalizar nuestro viaje, y relajarnos de tantos kilómetros andados, fuimos al Balneario Szecheny. Se trata de los baños más populares de Budapest. Fue construido en 1913 y hoy en día es uno de los más grandes de Europa. Tiene 3 piscinas exteriores siendo dos de ellas de agua caliente con jacuzzis y chorros de agua. En el interior del edificio hay una gran variedad de salas con 15 piscinas con aguas de distintas temperaturas y composiciones. Las aguas del Szcheny son de origen manantial siendo ricas en Sodio, Magnesio, Flúor y Azufre. Es el lugar ideal para relajarse y disfrutar. Los precios son baratos y si además estás menos de X horas te devuelven un tanto por cien de la entrada.
Con todo esto finalizábamos nuestra estancia en Budapest, la perla del Danubio como dicen algunos. A pesar de que tiene algunos puntos preciosos, lo que es la ciudad en sí me pareció algo oscura y triste, igual fue solo una impresión mía…
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