Llegaba uno de los días más esperados, tocaba descubrir las Islas Cíes. Para visitar estas islas es necesario solicitar una autorización de la Xunta de Galicia; ésta se puede solicitar con un máximo de 45 días de antelación, por lo que si se va en temporada alta hay que tenerlo muy en cuenta ya que existe un cupo de 2000 personas por día. La página web para tramitarlo es https://autorizacionillasatlanticas.xunta.gal. Es gratuito, pero se ha de comprar el billete de barco en un plazo de 24 horas desde la adquisición de la autorización en una de las navieras autorizadas. Nosotros los compramos en https://www.piratasdenabia.com/ y nos costó 20€ por persona ida y vuelta. También existe la posibilidad de reservar el camping de las Islas Cíes y pasar allí la noche, los precios se pueden consultar en https://www.campingislascies.com/tarifas. Tanto las navieras como el camping, solo están disponible en semana santa y del 15 de junio al 15 de septiembre, se puede extender algún fin de semana más si el tiempo acompaña.
Nuestro barco partía a las 10h desde Cangas. Existen diferentes horarios y distintos puntos de partida, nuestra elección se basó en seleccionar uno que no hiciera parada intermedia. Cuando llegamos a Cangas, nos fue difícil aparcar en esta pequeña ciudad pesquera, pero subiendo unas cuantas calles hacia el interior había un amplio parking donde nos tocó dejar el coche tras dar varias vueltas sin éxito. Si se busca en Google Maps: "Aparcadoiro de Altamira", se encuentra muy fácilmente.
Nos dirigimos directos al Puerto y allí mismo canjeamos nuestra confirmación recibida por correo electrónico por el billete del barco. Teníamos que estar 15 minutos antes de la partida; nos dio tiempo incluso a desayunar.
Para subir al barco nos pidieron tanto el billete como la autorización para acceder a las Islas Cíes. El trayecto no era muy largo, unos 20 minutos aproximadamente ya que Cangas se encuentra casi al final de la ría de Vigo. En el trayecto, nos contaron por la megafonía cosas interesantes de Cangas, de la ría de Vigo, de la pesca y de las Islas Cíes; por lo que se hizo muy ameno.
Al fin poníamos los pies en la Isla de los Dioses como dirían los antiguos romanos. Desde 2002 forman parte del Parque Nacional de las Islas Atlánticas, un parque marítimo-terrestre que engloba a las Islas Cíes, el archipiélago de las Ons, la Isla de Cortegada y la Isla de Sálvora. El archipiélago está formado por 3 islas que son Monte Agudo, O Faro y San Martiño. Las islas de Monte Agudo, donde se encuentra el embarcadero, y O faro están unidas por el arenal de la Playa de Rodas.
En las Islas hay muchas actividades para hacer. Además de poder disfrutar de sus bellísimas playas, se pueden realizar rutas de senderismo, distintas actividades acuáticas como snorkel, buceo o kayak, e incluso hacer noche en su camping y contemplar un manto de estrellas si la noche sale despejada.
Existen hasta un total de 9 playas en las Cíes, aunque son básicamente 3 las que se llevan todo el protagonismo:
El resto son la Playa de Bolos, Playa de Areíña, Playa de Canteira, Playa de Margaridas, Playa de Muxieiro y la Playa de San Martiño. Esta última se encuentra en la Isla de San Martiño a la que solo se puede acceder con embarcación propia.
En nuestro caso, estuvimos disfrutando a primera hora en la Playa de Rodas, que en esos momentos estaba solitaria. Posteriormente, fuimos a Nosa Señora, que para mi gusto estaba algo masificada. Y para finalizar, volvimos de nuevo a la de Rodas por su proximidad al puerto. El agua de las Islas Cíes es de color turquesa y cristalina y, aunque parezca que estés en el caribe, la temperatura del agua suele ser de 15º. A pesar de eso, no podíamos irnos de allí sin darnos un buen chapuzón, que con el calor incluso se agradecía.
También existen 4 restaurantes por toda la isla:
Cuando fuimos, todos ellos estaban desbordados, las medidas covid brillaban por su ausencia. Una buena opción para no perder mucho tiempo es la que hicimos nosotros, optamos por pedir unos bocadillos para llevar en el Bar Serafín que nos los hicieron en el momento. También puedes traerte tu nevera con refrescos y comida, pero cargar con ello por toda la isla es algo incomodo. Hay que tener en cuenta que en las islas no existen papeleras, por lo que toda la basura que se genera te la tienes que traer de vuelta. Aunque si es poca cosa y se es un poco listo... en los restaurantes tienen.
El senderismo es la mejor actividad para conocer bien las Islas Cíes. Hay 4 rutas principales y todas ellas muy bien señalizadas:
Si se dispone de tiempo, es aconsejable hacer todas las rutas que se puedan. Si hay que decantarse solo por una, aunque la más famosa sea la Ruta del Monte Faro, nosotros recomendamos la Ruta del Alto do Príncipe.
A las 20.40h salía nuestro barco de regreso. A pesar de que el día empezó con niebla, terminó abriéndose y nos hizo un grandísimo día de playa soleado. Disfrutamos muchísimo de las Islas, un paraíso que tenemos en nuestro propio país y que hay que cuidarlo. Una de las mayores desgracias que le han sucedido hasta la fecha fue el hundimiento del barco petrolero Prestige que afectó a un 30% de las Cíes.
Decidimos quedarnos en Cangas a cenar. La verdad es que tiene bastante ambiente por la noche, por lo que si en época de covid está así, no nos queremos imaginar en época veraniega normal. Era difícil encontrar un restaurante que no estuviera completo. Finalmente, logramos que nos atendieran en la Taberna O Arco, que nos prepararon una mesa en un privado prácticamente. Pedimos unas gambas a la plancha, zamburiñas, navajas y unas croquetas caseras junto a dos copas de albariño. Salimos por 33€ los dos. Bueno, bonito y barato.
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